domingo, 18 de mayo de 2014

Negocio rentable

Mis ganas de escribir actualmente, ya sea la lista de la compra, un fanfic slash o un post en este mi blog, deben estar aproximadamente por debajo de cero. Pero conociendo mi espiraloide forma de pensar, si me dejo vencer por la desidia terminaré por no aparecer por estos lares durante un período de duración similar al de la infancia de Heidi. Y creo firmemente que aquí la que habla y todos los presentes tuvieron más que suficiente en su día de Negocios rentables en colombia, su abuelo, Pedro, Clara y el resto de animalitos más o menos inteligentes que pululaban por las montañas de los Alpes. Quizás también tuvieron más que suficiente de la propia Shamandalie, pero esto es algo que nunca admitiré haber considerado siquiera por un instante, y mucho menos en un blog público en el que cualquiera podría darme la razón y sumirme en una depresión profunda hasta alcanzar la edad de la Señorita Rottenmeyer. He dicho.

Anuncio con toda la solemnidad que me es posible dado el hecho de que a nadie le importe que los exámenes comienzan dentro de diez días, y añado con toda la mala leche posible, la cual es mucha dado el hecho de que estamos hablando de mí, que las clases las cortan dentro de una semana. Creo que hasta un párvulo sería capaz de hacer la cuenta de los tres días hábiles que me restan para preparar la primera prueba de fuego, que por si fuera poco para mí, Negocios rentables en colombia, es la más importante y la que peor preparada llevo.

Ya sé que esto último es de mi propia responsabilidad, pero como toda joven que se precie he de realizar al menos un acto de autodisculpa menos, según indican los profesionales de la salud, para mantener en buena forma la natural capacidad juvenil al escaqueo y la irresponsabilidad en este país. Y no me miréis así, que hay que ser un poquito más patrióticos... Lo único que intento con mi sacrificio es prolongar en el tiempo el estilo y la tradición nacionales ( o al menos, eso dice mi "Manual de Excusas para Todo Momento y Ocasión", enlace.



Sea como fuere, ya he entregado tres de los informes y dos de la series de problemas que me quedaban antes de finalizar el cuatrimestre, aunque aún restan una de éstas y un par de aquellos. La última práctica de Fisiología Vegetal es el próximo lunes, y los temarios de mis cuatro asignaturas estarán formalmente cerrados el jueves, así que podré dedicarme con todos mis sentidos disponibles a estudiar las pilas de apuntes que hacen equilibrio en la mesa de estudio de mi dormitorio, a hacer los 300 ejercicios calculados a ojo que no he hecho con anterioridad y a echarle un ojo ( sólo uno, ya que el otro lo tendré ocupado en hacer esquemas) a los libros de ,Genética y Ecología que para algo este curso han ido a embellecer mi aún muy reducida colección biológica ( se admiten donaciones) Esto se traduce en unas tres semanas en las que mi habitación, con sus escasos ocho metros cuadrados, se convertirá en todo un mundo donde se sucederán escenas de impotencia, nervios y hastío, donde las hojas de papel brotarán de la madera de los muebles, donde declamaré en voz alta mis lecciones y maldeciré en voz aún más alta a Watson y Crick, donde mordisquearé dulces y galletas durante mis descansos de treinta minutos mientras leo pedazos sueltos de los cuatro libros que se amontonan en la mesita de noche, donde haré aviones de papel que lanzaré por la ventana cuando me aburra, donde me sentaré, arrodillaré, recostaré, pondré de pie y volveré a sentarme, incapaz de encontrar una postura convincentemente cómoda. donde me interrumpirá el teléfono supletorio al menos una vez al día y donde fantasearé a menudo con la posibilidad de dejar la carrera y lanzarme a recorrer el mundo ganándome la vida a base de vender sandalias de cuero hechas a mano. Por suerte para mí, no sé hacer sandalias de cuero, ni a mano ni de ninguna otra forma.

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